La conquista del inconsciente: de lo técnico colonizado a lo técnico decolonial. Javier Nouel


Dr. Javier Nouel: Fundación Escuela Venezolana de Planificación, Coordinación de Proyectos de Investigación.
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Resumen. En el artículo el autor reflexiona sobre el necesario establecimiento de un verdadero eje socio crítico en la educación técnica y en las instituciones, que partiendo del pensamiento crítico latinoamericano, diverso, decolonial, cimarrón, y de la escuela de la sospecha del pensamiento crítico europeo, se profundice en las transformaciones epistémicas para la constitución de saberes e instituciones técnicas decoloniales, desde el diálogo de saberes y lo diverso, que permitan superar la dominación del capitalismo contemporáneo, que se debate hoy, en la conquista de lo inconsciente, en tanto las lógicas dominantes se reproducen en la institucionalidad y la razón tecnocrática del pensamiento único. 

El pensamiento cimarrón
En el pensamiento crítico latinoamericano, se cuenta con un verdadero pensamiento cimarrón, mestizo, rebelde, antiimperialista, que aboga por un pensamiento y praxis propios; incluye a Simón Rodríguez desde su “inventamos o erramos”; el pensamiento liberador y antiimperialista de su discípulo Bolívar, que hoy sigue siendo un referente fundamental en las luchas de emancipación; el Socialismo Indoamericano de José Carlos Mariátegui; llegando al pensamiento decolonial contemporáneo, los feminismos, ambientalismos, indigenismos, y otros movimientos alternos; lo que constituye en un corpus teórico sólido para la práxis, con bases propias y diversas, del cimarronaje, que permiten construir formas de entender el mundo particulares.
La vía que se está configurando en  el pensamiento crítico latinoamericano puede ser lo que Boaventura De Sousa Santos llama las epistemologías del sur (2008, 2009), en la que se reconoce la diversidad de posturas, como la crítica al eurocentrismo, al imperialismo neocolonial capitalista y neoliberal; desde las miradas de los indigenismos, los feminismos, los cimarronajes y los ambientalismos.

La escuela de la sospecha
Del pensamiento occidental también contamos con la llamada “escuela de la sospecha”. Marx habló del fetichismo en el capitalismo y cuestionó las formas de entender el mundo a través de ideologías burguesas, falseadoras de la realidad; Nietzche cuestionó a la razón, la moral y a la civilización en general, en particular en el mundo occidental judeo-cristiano; y Freud habló del inconsciente, la represión de los impulsos y el malestar de la cultura. En general, se trata de “sospechar” de lo “expreso”, lo “consciente”, develando intereses y pulsiones ocultas, contradictorias, oscuras, no conscientes. Antonio Gramsci por su parte, cuestionó al “sentido común” como una reproducción de los intereses del gran capital que se impone a través de diversos mecanismos violentos y no violentos; entre los no violentos, se encuentran la institución religiosa, los medios de comunicación y la academia. Es decir, que detrás de lo que se considera el “sentido común”, lo “lógico”, lo “natural”, lo “objetivo”, se encuentran los intereses del capitalismo, de las élites. Michel Foucault plantea que el dominio y el poder se han sutilizado y descorporalizado, cuando expresaba “ha desaparecido el cuerpo como blanco mayor de la represión” (1984: 16). El psiquiatra chileno Claudio Naranjo plantea muy bien que hoy existe un imperio del dinero que castiga la diferencia, el no aceptar estar inmerso en los patrones de la hegemonía, con la exclusión del sistema económico y la pobreza.
Con estos referentes, hoy podemos hablar sobre los mecanismos de dominio de las mentes y racionalidades, en particular, de la que Habermas (1986) denominó la racionalidad técnica, la cual, carente del pensamiento crítico-emancipador, reproduce los intereses del gran capital, sin que los profesionales y las diversas instituciones lo percaten. Podemos decir que la batalla decolonial es hoy guerra cultural, mediática y psicológica, y se combate en el campo de lo inconsciente, la zona oscura, a la cual hay que conquistar, develando sus mecanismos de dominio en las sombras. Se trata de una especie de “catarsis”, en la que al tomar consciencia de los dispositivos cognitivos y epistémicos, que dominan lo ontológico en la perpetuación de la dominación del poder fáctico transnacional, nos permitirán seguir construyendo el proyecto moderno de emancipación de lo humano.

El técnico y la institución técnica colonizados: dispositivos de exclusión de los otros-otras
Pensamiento dogmático
El técnico colonizado, trasladando el término del profesor Luis Bigott (2011) de docente colonizado, desconoce los mecanismos de dominio epistemológico y cognitivo de la colonialidad del saber (Lander, 2000); por lo tanto, es cerrado, no reconoce otras formas de entender el mundo sino en la que fue formado. En tal sentido, no reconoce a su conocimiento técnico como uno más en el mundo diverso, sino como el único verdadero, con lo que reproduce la lógica de los dogmas religiosos y del cientificismo del pensamiento único. Cualquier argumento, racionamiento o lógica diferente, es rechazada antes de ser analizada y reflexionada. Lo mismo ocurre con lo metodológico. 
Feudalismo académico
Desde esta lógica, cada disciplina se cierra en sí misma, generando actitudes que el profesor Miguel Martínez Miguelez (2013) llama “feudalismo académico”, en donde cada gremio defiende sus espacios, se cierra en su lenguaje, y excluye al externo, que no solo es al saber popular, o al político, sino también excluye a la otra disciplina, al otro profesional. Esta realidad no permite la superación de las falsas fronteras disciplinarias construidas en la academia occidental, así como el claustro académico del medioevo.
Pensamiento inocuo
El estamento técnico, basados en una mirada “objetivista”, reduccionista y fragmentaria, considera que su formación técnica carece de rasgos políticos-ideológicos, con los que la reflexión crítica sobre el poder y la influencia en el conocimiento técnico e instrumentalizado, es excluida. De hecho, se percibe a la discusión política, las ciencias sociales y humanidades, como “contaminantes”, “no objetivas”, “innecesarias”. El técnico y la institucionalidad técnica colonizados son dominados en el inconsciente por la política del gran capital, aunque no se percate de ello y se oculte en la “inocuidad”, la “objetividad”, “lo técnico”.
Monopolio del conocimiento
El técnico o profesional colonizado no reconoce el saber popular, ya que cree que las universidades e instituciones académicas poseen el monopolio del conocimiento. El técnico colonizado no comprende que el pueblo es creador de conocimientos de gran valor en las instituciones académicas y fuera de ellas. El capital ha logrado dominarlo inconscientemente, creyéndose iniciado de las ciencias, de la nueva verdad develada, del nuevo dogma.
Lenguaje cerrado
Uno de las formas en que el técnico colonizado opera es a través del uso de lenguaje excesivamente técnico en ambientes donde hay equipos multidisciplinarios y populares, lo que le dificulta tener una comunicación eficiente y oportuna. Este mecanismo genera una actitud hostil y prepotente ante los otros y las otras que tienen distintos saberes. Inconscientemente, la institucionalidad técnica colonizada, posee un lenguaje cerrado no permitido al “profano”. En sí, la institucionalidad técnica colonizada es profundamente antidemocrática, elitista, excluyente.
Autoritarismo epistémico
En las instituciones colonizadas, la investigación y la acción son coartados, aceptándose un sólo tipo de racionalidad y un mismo tipo de metodología. Cualquier reflexión interpretativa y crítica, es censurada y excluida. Las investigaciones que afectan los intereses de quienes financian, en general las mismas empresas transnacionales oligopólicas que controlan los mercados, son rechazadas, vilipendiadas, no financiadas, etc.
La reproducción de la dominación
En conclusión el técnico y la institucionalidad colonizados no podrán transformar el mundo y están destinados a reproducir la lógica del capitalismo neoliberal y el sujeto oculto del conocimiento institucionalizado: las grandes empresas transnacionales. Una buena metáfora sería la rueda donde el roedor corre, pero sigue en el mismo lugar, en la misma jaula. 

El técnico y la institucionalidad decolonial
Pensamiento intersubjetivo y multiverso
Por el contrario, un técnico decolonial es abierto, flexible y es capaz de escuchar a otras lógicas y racionalidades distintas a las que fue formado, inclusive a aquellos que cuestionan su disciplina y enfoque. Del pensamiento objetivista se dirige a la “intersubjetividad”, por lo que requiere una fuerte dosis de investigaciones interpretativas-hermenéuticas y la consulta permanente al pueblo.
La institucionalidad decolonial acepta, reconoce y valora otras formas de entender el mundo, procurando construir visiones multiversas, es decir, visiones síntesis que permiten ver el mundo desde distintas ópticas (mirada holográmica).
Sólo desde la aceptación de la diversidad, el técnico y la institucionalidad decolonial reconocen verdaderamente el saber popular, de lo contrario, está destinada a reproducir las lógicas del pensamiento único. 
Diálogo de saberes
El técnico decolonial entiende que debe consultar siempre con el pueblo, ya que todo grupo humano es un conjunto de sujetos activos y protagónicos, con derechos y deberes, y nunca un simple objeto de estudio, un objeto de asistencia, un instrumento de trabajo o un engranaje de un sistema mecánico.
El técnico y la institucionalidad decolonial, son capaces de comunicarse y accionar con el pueblo; esto requiere del desarrollo de habilidades y destrezas novedosas que en general no son las que se impulsan en la academia convencional, y mucho menos en la formación técnica. 

Preguntas provocadoras
¿Nuestras instituciones técnicas y académicas siguen reproduciendo la lógica neocolonial? ¿Contamos con los técnicos para transformar y emancipar a la sociedad? ¿Cómo superar la colonialidad del saber? ¿Qué tanto hemos avanzado al respecto? ¿Las instituciones pueden reproducir alguna de las lógicas del pensamiento neocolonial como la rueda del roedor? 

¿Cómo podemos reproducir lo que criticamos?
Podemos reproducir lo que criticamos negando las otras formas de entender y operar las realidades, no aceptando el cuestionamiento al saber constituido institucional, no consultando, no reconociendo el saber popular, siendo dogmáticos y panfletarios, hablando para sí mismos y no "para y con" la sociedad toda.
Consideramos que para decolonizar los saberes, no basta con establecer un eje socio crítico en la formación técnica, como lo viene haciendo la Misión Alma Mater, ya que corremos el riesgo de reproducir la lógica colonial si el eje socio crítico es un panfleto y una imposición que no permite que cada colectivo e individualidad piense por sí misma; ni basta con vestir las instituciones con camisas “rojas rojitas”. La historia reciente lo está demostrando. El diálogo, la sospecha, la duda y la crítica, son necesarias para lograr parir la nueva institucionalidad decolonial, que es el gran paso epistemológico que estamos tardando en dar, ya que se trata de lo profundo, de lo inconsciente, lo no expreso, la contradicción, la “zona oscura” que llamaba Morin (citado por Martín, 2005); de lo contrario, seguiremos en la rueda del roedor, corriendo con mucho afán y apuro, pero quedando en el mismo lugar, la misma jaula, porque la verdadera conquista, hoy, es la del inconsciente, y eso lo saben bien las transnacionales.

Referencias
Bigott, Luis (2011). Hacia una pedagogía de la descolonización. Caracas: Fondo Editorial Ipasme.
Foucault, Michel (1984). Vigilar y Castigar. México, D.F: Siglo XXI Editores, S.A.
Habermas, Jünger (1986). Ciencia y técnica como ideología. Madrid: Tecnos.
Lander, Edgardo (2000). Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos en Lander, Edgardo (Editor) (2000). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Buenos Aires: Clacso.
Martínez, Miguel (2013). Nuevos Paradigmas en la Investigación. Caracas: Editorial Alfa.
Martín, Gloria. (2005). Metódica y Melódica de la Animación Cultural. Caracas: Fundación para la Cultura y las Artes.
Sousa, Boaventura de (2008). La Universidad en el Siglo XXI. Caracas: Centro Internacional Miranda y el Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.
Sousa, Boaventura de (2009). Introducción: Las epistemologías del sur. Disponible: http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/INTRODUCCION_BSS.pdf [Consulta: 2015, enero 26]

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