LA PLANIFICACIÓN REVOLUCIONARIA Y LA AGENDA CONCRETA DE ACCIÓN
Diplomado:
Planificación en el Estado Revolucionario
Participantes:
Ing. Dayana Blanco Cotúa; MSc. Luis Fedemarx Gamboa; Dra. Neila Vargas Froilán
Profesor asesor:
Dra. Karla Fermín J.
RESUMEN
El presente Artículo es una aproximación al método de planificación denominado Agenda Concreta de Acción (ACA), desarrollado en Venezuela bajo el auspicio del Gobierno Nacional, el cual es parte integral de un nuevo método revolucionario de solución de problemas, compuesto de cuatro instrumentos: 1x10 del Buen Gobierno, Gobierno Electrónico, Mapa de Soluciones y, Agenda Concreta de Acción, los cuales se articulan bajo la nueva dinámica del gobierno de Calle, en el contexto de una Nueva Época de Transición al Socialismo, así calificada por el Presidente Nicolás Maduro. La investigación fue realizada con perspectiva crítica, aplicando la metodología de análisis del discurso con enfoque hermenéutico dialéctico, teniendo como objetivo interpretar el carácter revolucionario del método ACA, con base en los aportes teóricos del Comandante Hugo Chávez y otros referentes. Entre los resultados destacan la sistematización de 18 rasgos constituyentes de la planificación revolucionaria, de los cuales la ACA es fiel expresión, pero para que este método alcance sus propósitos a escala nacional, se precisa generalizar su conocimiento y aplicación, representando no solo un nuevo arsenal procedimental para la universalización del ejercicio de los Derechos Humanos, sino además un portentoso aporte al pensamiento socialista internacional en materia de métodos de planeación.
Palabras descriptoras: Planificación,
Revolución, Socialismo, Agenda Concreta de Acción
INTRODUCCIÓN
Desde el surgimiento del socialismo científico, con Marx
y Engels a la cabeza, la planificación de la sociedad en su conjunto se
presenta como alternativa coherente ante el anarquismo del mercado,
caracterizado por el despilfarro de fuerzas productivas con las que se podría
sustentar condiciones de vida digna para toda la población del planeta, en
lugar de condenar a millones de seres humanos a la carencia estructural. Frente a esa realidad, las revoluciones
socialistas victoriosas del siglo XX implementaron la planificación como
sistema de distribución de recursos naturales, humanos, financieros, técnicos,
así como de bienes y servicios destinados al consumo personal y familiar,
iniciando con ello una competencia entre mercado y planificación en el contexto
de las tensiones entre los sistemas capitalistas y socialistas a escala
internacional, tal como lo señala Lopera (2014, p. 30).
En medio de dichas tensiones, la eficiencia de la
planificación fue evidenciada, dado que con la implementación de planes
quinquenales, tanto en la antigua URSS como en China, se logró en solo
cincuenta años avances socioculturales, de industrialización, ciencia y
tecnología, entre otros, que a los principales países capitalistas llevó siglos
alcanzar. Sin embargo, la dialéctica de
la competencia entre sistemas devino en la asimilación de estrategias del
respectivo sistema contrario, generando dos versiones de mixtura
planificación-mercado, pues mientras el capitalismo desarrolló modalidades de
planificación (Planificación Comprehensiva, Planeación Económica, entre otras),
el socialismo también adoptó el mecanismo de mercado, a tenor de la
célebre consigna: “tanta planificación como sea posible y tanto mercado como
sea necesario” (Brus, 1969), volviendo
difusa la línea distintiva entre planificación revolucionaria y
planificación conservadora.
Tal es el
caso de Venezuela durante la etapa puntofijista de la Cuarta República
(1958-1998), con la implementación de un modelo mixto plan-mercado, que por
seis (6) periodos constitucionales tuvo un enfoque normativo dentro de la
visión desarrollista por sustitución de importaciones y capitalismo
de Estado, y posteriormente, a partir del llamado Séptimo Plan de la Nación
(1979), un enfoque estratégico situacional, inicialmente con orientación
estatista para luego adquirir un carácter cada vez más neoliberal, que sin
embargo “no pasó de ser un ejercicio metodológico pues no contó con el sustento
político para su viabilidad” (Silva, 2009, p. 2).
Ante ello, con el advenimiento de la Revolución
Bolivariana, desde 1999 se produjo un favorable contexto sociopolítico en el
que la planificación se ha constituido en la estrategia fundamental del cambio
estructural vislumbrado en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, a través del
diseño y desarrollo de un sistema de planeación, del cual ha derivado la
ejecución de una serie de planes de desarrollo económico y social de la nación,
según lo dispuesto en los Artículos 187 y 237 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, los cuales han evolucionado desde un
enfoque progresista nacionalista hacia una visión cada vez más revolucionaria y
socialista.
Es así como, desde el Plan de los cinco equilibrios (2001-2007),
con el cual se logró reducir estructuralmente las desigualdades económicas,
sociales, políticas, territoriales e internacionales que aquejaban al país, el
Presidente Chávez, en ejercicio de sus potestades constitucionales, fue
definiendo la orientación revolucionaria de la planificación en Venezuela, luego
con el Primer plan socialista de la Nación (2007-2013), basado en siete
líneas estratégicas que atendían aspectos estructurantes del desarrollo en lo
ético, social, político, económico, territorial, energético e internacional,
desembocando en los cinco objetivos históricos del Plan de la Patria
(PDLP), puesto en ejecución por el Presidente Nicolás Maduro en los sucesivos
periodos constitucionales 2013-2019 y 2019-2025, en curso.
LA PLANIFICACIÓN REVOLUCIONARIA EN VENEZUELA
En virtud de lo precedente, y en atención al propósito
de este artículo, se precisa una caracterización de los pilares de la planificación socialista
revolucionaria, apoyada en los aportes del
Comandante Hugo Chávez, quien en ese aspecto fundamentaba parte esencial de su
visión en Varsavsky (1971). Es así como, el 11 de enero de 2009, durante el
Programa “Aló Presidente” Nº 324, hablando sobre la planificación como proceso
para el bienestar del pueblo, Chávez indicaba
“la importancia de la planificación articulada entre el Gobierno y el poder
popular organizado para trascender a la estructura de gobierno comunal (…) para
garantizar el desarrollo económico del país” (AVN, 2017).
Posteriormente, el 30 de octubre de 2011 orientaba:
El socialismo requiere planificación, requiere un método científico de planificación y, luego, de activación de los planes, de seguimiento del proceso, de evaluación de resultados (…), de crítica y autocrítica, de revisión permanente, de rectificación y de reimpulso; es un proceso, pues, científico, nada fácil, pero es posible, y aquí nosotros lo tenemos que demostrar (…). Ahora; nuestro socialismo, con nuestras características, que tiene que ir a lo práctico con una teoría apropiada a nuestras realidades. (Chávez, 2011)
Del mismo modo, en su propuesta como candidato de la
patria para la gestión socialista 2013-2019, el Comandante Chávez (2012, p. 6)
argumentaba un conjunto de elementos que citamos en extenso, dada su capital
importancia a los fines de la caracterización propuesta:
Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten (...), capaz de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos (...) y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política.
Por su parte, Fermín (s.f.), sintetizando a Chávez y
Varsavsky destaca una serie de
características de la planificación socialista, entre las que resaltan
su condición de “herramienta fundamental para la transición real del modelo
capitalista rentista petrolero al socialismo incluyente, solidario, productor y
productivo” (p. 3), la cual debe estar contextualizada en el Plan de la Patria
(p. 4), con énfasis en el apoyo a lo local (p. 6) y en la preeminencia de los
valores de uso (necesidades sociales) por encima de los valores de cambio (p.
9), con las comunidades como sujeto de la acción (p. 15) previsiva más que improvisada, por mencionar
solo las cualidades que distinguen la planificación socialista de otras
modalidades de planificación.
En suma, toda planificación que se pretenda socialista
revolucionaria, a la luz de la apretada síntesis teórica precedente, además de
cumplir con los criterios técnico-operativos de la planificación en general,
debe tener los siguientes rasgos constituyentes:
1.
Está orientada al bienestar del pueblo
2.
Articula al Gobierno y el poder popular
3.
Apuntala la estructura de gobierno comunal
4.
Se basa en métodos científicos
5.
Desarrolla la crítica y autocrítica
6.
Se fundamenta en una teoría apropiada a nuestras
realidades
7.
Desarticula las tramas de opresión, explotación
y dominación subsistentes
8.
Configura una nueva socialidad
9.
Pulveriza la forma de Estado heredada
10. Impulsa
la invención de nuevas formas de gestión política
11. Despliega
la transición real del modelo capitalista rentista petrolero al socialismo
productivo
12. Es
incluyente
13. Impulsa
la solidaridad social
14. Deriva
y se contextualiza en el Plan de la Patria
15. Enfatiza
en el apoyo a lo local
16. Otorga
preeminencia a los valores de uso (necesidades humanas) sobre los valores de
cambio
17. Posiciona
a las comunidades como sujeto de la acción
18. Refuta
la improvisación con previsión
Es importante agregar que, aunque la ausencia de alguno
de estos rasgos constituyentes compromete la cualidad socialista de la
planificación no obstante las buenas intenciones o el compromiso militante que
mueva su formulación, la planificación así orientada ha funcionado como
instrumento de gobierno al servicio de los sectores populares, que apunta a los
problemas concretos que vive el país, en busca de soluciones vinculadas a los
objetivos de largo alcance trazados en el PDLP, los cuales, al decir del
Comandante Chávez, son históricos “porque vienen de lejos, se ubican en la
perspectiva del tiempo pasado y por venir, trascienden el tiempo del ayer y de
hoy, rumbo al tiempo del mañana. Son los grandes objetivos permanentes”.
Ahora bien, los señalados problemas que vive el país son
parte de las tramas de opresión, explotación y dominación subsistentes, las
cuales son padecidas de manera concreta principalmente en las comunidades
populares, en las que se condensan los huesos duros de roer de la pobreza
estructural inherente al capitalismo, vestigios del modelo de sociedad desigual
que pretendemos dejar en el pasado, de forma tal que para catalizar el
surgimiento de la nueva sociedad, se demanda una planificación revolucionaria
orientada a superar esos vestigios, siendo ese precisamente el sentido que
debemos otorgar al concepto de transición al socialismo.
AGENDA CONCRETA DE ACCIÓN: UN MÉTODO DE PLANIFICACIÓN
REVOLUCIONARIA
Como instrumento teórico-práctico para abordar la
transformación integral de la sociedad venezolana, la planificación ha
permitido proyectar, organizar y concretar las aspiraciones de nuestro pueblo,
pero las estrategias, instrumentos, enfoques y técnicas promovidas por algunas
de las escuelas más progresistas en materia de planificación estratégica han
mostrado limitaciones para erradicar definitivamente los reductos de
desigualdad aún apreciables, lo que evidencia
la necesidad de crear una nueva doctrina de la planificación en
Venezuela, que sin obviar su carácter esencialmente político-estratégico a los
fines de conducir dialécticamente una revolución en marcha, ponga el acento en
las manifestaciones concretas, específicas y focalizadas de las desigualdades
referidas.
Una premisa de este cambio de paradigma es que el
alcance de objetivos tácticos conduce al logro de los objetivos estratégicos,
según el principio de la transformación de la cantidad en calidad, es decir,
que la acumulación de cambios concretos conduce a cambios cualitativos en la
realidad social. En ese sentido, con
base en lo dispuesto en el Artículo 6 de la Ley Constituyente del Plan de la
Patria (ANC, 2019), la Revolución Bolivariana ha venido desarrollando el método
de planificación revolucionaria denominado Agenda Concreta de Acción (ACA), con
el cual no solo se dota a la nación de un nuevo arsenal procedimental para
lograr la universalización del ejercicio de los Derechos Humanos consagrados
constitucionalmente, sino que además se brinda un portentoso aporte al
pensamiento socialista internacional en materia de métodos de planeación.
La ACA debe ser entendida como un componente esencial de
la planificación a escala social para lograr los objetivos históricos del PDLP
de manera territorializada, teniendo a la comunidad y sus organizaciones de
base como centro de la acción y toma de decisiones colectivas, en el contexto
de la Nueva Época de Transición al Socialismo, con la premisa de las
nuevas tres (3) R (Resistencia, Renacimiento y Revolución) como guías
fundamentales de la actuación transformadora, mediante la instrumentación de seis
(6) líneas estratégicas de acción en materia económica, social, de
servicios públicos, político-organizativa democrática, de defensa nacional
dentro de la geopolítica internacional, así como de justicia y paz ciudadana
(Maduro, 2022), todo ello dentro de un método revolucionario unificado de
solución de problema, compuesto de cuatro (4) instrumentos esenciales, a saber,
el 1x10 del Buen Gobierno, el Gobierno Electrónico con énfasis en
el Sistema Patria, el Mapa de Soluciones y la Agenda Concreta de
Acción (Prensa
Presidencial, 2022).
Conceptualmente, la ACA es definida por Menéndez (2022)
como una agenda de lucha, que no es más que la Planificación-Acción a corto
plazo, donde se priorizan colectivamente los problemas más sentidos y las
acciones inmediatas a través del mapa de soluciones. Por su parte, el Presidente
Nicolás Maduro (s.f.) la concibe como “un plan de lucha concreto para incidir
en la realidad en el corto y mediano plazo”, mediante una agenda de trabajo con
saldos políticos organizativos positivos.
Debe ser, en definitiva, una forma de materialización
del principio constitucional de ejercicio directo de la soberanía del pueblo
para la solución de las más sentidas necesidades de las comunidades, organizada
en y por la asamblea democrática participativa como principal espacio de
trabajo del poder popular, con un método efectivo de gestión revolucionaria,
articulado en cuatro (4) fases, en función de los productos concretos que se
deben generar en cada una de dichas fases.
La primera apunta a la clarificación del Mapa de
Actores, bajo el principio estratégico de inclusión, organización y
despliegue de todos y todas, contando para ello con los equipos del Poder
Popular y del Gobierno Bolivariano en todas las escalas territoriales,
específicamente Consejos Comunales, Comunas, Movimiento Somos Venezuela,
organizaciones socioproductivas, Bases de Misiones, Sistema Nacional del
Misiones y Grandes Misiones, Consejos Presidenciales del Poder Popular, Consejo
Federal de Gobierno, Vicepresidencias Sectoriales, Ministerios, Gran Misión
Barrio Nuevo Barrio Tricolor, Corporaciones Regionales, Gobernaciones y
Alcaldías, bajo la nueva dinámica del gobierno de Calle. Las acciones concretas de esta fase son la
convocatoria, conformación de mesas de planificación, elaboración de un
programa-cronograma de trabajo para la elaboración de la ACA y la caracterización
política organizativa del corredor o punto y círculo de que se trate.
La fase 2 se orienta a la sistematización del Mapa de
Necesidades, mediante dos técnicas o instrumentos fundamentales, como son
la cartografía social y la historia local, los cuales permitirán, por una lado, identificar
tanto restricciones como potencialidades, inventariando el equipamiento urbano
disponible para el asiento de la política revolucionaria a través de Misiones, Grandes Misiones
y programas del gobierno bolivariano en las distintas escalas territoriales; y
por otro lado, construir una identidad local dentro de la forja de una
identidad nacional descolonizadora y liberadora.
La combinación de estos dos insumos de trabajo, la
cartografía social y la reconstrucción de la historia local, facilitará la
precisión de los Nudos críticos o restricciones, que no son más que las
necesidades fundamentales de la comunidad, identificando actores y responsables
involucrados, relaciones causa-consecuencia con sus respectivas localizaciones,
así como las potencialidades existentes en la comunidad para atacar cada
problema específico, definiendo con precisión los recursos, materiales,
humanos, de experiencia y organización con los que se cuenta para atender el
problema, la manera como debe emplearse estos recursos y los nudos que debemos
destrabar para que estas potencialidades puedan ser aprovechadas, haciendo uso
para ello de la matriz de nudos críticos y planificación estratégica,
especialmente diseñada por el Gobierno Revolucionario para tales fines.
En la tercera fase se produce el Mapa de Soluciones,
como aterrizaje en cada comunidad del Plan de la Patria a través de un
instrumento de gobierno de lo concreto denominado Plan de la Patria
Comunitario, en el que se desarrolla la visión global de la situación actual y
la ruta de construcción del futuro, definiendo líneas de acción derivadas de
los objetivos específicos del Plan de la Patria, los cuales se trasladan al
mapa de soluciones como líneas estratégicas, en función de las cuales se delinean
objetivos estratégicos a escala comunitaria, proyectos, metas y
acciones, haciendo uso de otro instrumento técnico científicamente diseñado,
como lo es la matriz de mapa de soluciones.
Luego, partiendo del mapa de soluciones se avanza a un
nuevo nivel de especificidad, aplicando la priorización colectiva de
soluciones e inversiones, que consiste en seleccionar por escogencia
estratégica entre el conjunto de necesidades y soluciones previstas, aquellas
que expresan los problemas más sentidos por la comunidad, en función de lo cual
se deciden colectivamente las acciones inmediatas, construyendo la agenda de
trabajo en el corto plazo; esto es la Agenda Concreta de Acción o Mapa de
futuro inmediato, que contempla: a) Necesidades a atender; b) soluciones a
implementar, especificando localización, actores involucrados, recursos,
organización popular y del Estado disponibles, y los responsables de cada
acción; y c) Indicadores, con sus metas y seguimiento.
La cuarta fase es la constitución de los Comités de Soluciones,
que son unidades de gestión integral guiadas por el principio del Gobierno
Obedencial para la gestión corresponsable y revolucionaria, pues no solo se
trata de contar con órganos encargados de la ejecución y seguimiento de la
agenda decidida colectivamente, sino de un método novedoso de gobierno que
además expresa el desafío de transformar el Estado burgués en un Estado
Socialista. Su carácter integral
deviene, por un lado, de la capacidad para integrar los distintos niveles
territoriales de gobierno (nacional, estadal, municipal, comunal y
comunitario), y por otro, de su potencial para contribuir a superar la visión
fragmentaria de los ministerios, a fin de que estos no se asuman como
compartimientos estancos y se concentran en la resolución integral de problemas
en esta nueva era del gobierno de calle.
Es importante destacar que el análisis de los Mapas de
Soluciones y las Agendas Concretas de Acción comunitarias permite integrar las
distintas instancias de agregación comunal para producir el Plan de la Patria
Comunal, así como las escalas territoriales para la construcción del Mapa de
Soluciones y ACÁ que debe regir la acción de gobierno junto al pueblo, en las
escalas municipal, estatal y nacional, entendido esto como la comunalización del PDLP.
REFLEXIONES CONCLUSIVAS
Al caracterizar el proceso que comporta la
implementación del método analizado, concluimos que la ACA es, sin duda, un
método de planificación acción que cumple los 18 rasgos constituyentes de la
planificación revolucionaria definidos en este artículo,
puesto que está orientado al bienestar
del pueblo, articula al Gobierno y el poder popular, apuntala la estructura de
gobierno comunal, se basa en métodos científicos, desarrolla la crítica y
autocrítica, se fundamenta en una teoría apropiada a nuestras realidades,
desarticula las tramas de opresión, explotación y dominación subsistentes,
configura una nueva socialidad, pulveriza la forma de Estado heredada, impulsa
la invención de nuevas formas de gestión política, despliega la transición real
del modelo capitalista rentista petrolero al socialismo productivo, es
incluyente, impulsa la solidaridad social, deriva y se contextualiza en el Plan
de la Patria, enfatiza en el apoyo a lo local, otorga preeminencia a los
valores de uso (necesidades humanas) sobre los valores de cambio, posiciona a
las comunidades como sujeto de la acción y refuta la improvisación con previsión.
Pero para que este método alcance sus propósitos a
escala nacional, se precisa generalizar su conocimiento y aplicación, mediante
el direccionamiento de procesos de difusión, facilitación, formación,
capacitación y acompañamiento, a fin de promover y garantizar la formulación de
las más de 50.000 ACA que ameritan nuestras comunidades y comunas en todo el
país, puesto que, como se ha señalado, la aspiración de consolidar el
socialismo impone la necesidad de planificar, siendo esta una potestad
inclusiva que atañe a toda la ciudadanía, especialmente a los revolucionarios y
las revolucionarias, lo que nos permite evocar a Ludovico Silva (1982, p. 9) al señalar que
“Un revolucionario no puede sentarse a esperar que la historia le brinde las
condiciones revolucionarias; es preciso que el contribuya a crear esas
condiciones revolucionarias.”
REFERENCIAS
Agencia
Venezolana de Noticias (2017). Chávez defendió la
planificación como proceso para el bienestar del pueblo. Disponible: http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/chavez-defendio-planificacion-como-proceso-para-bienestar-pueblo/
Asamblea Nacional
Constituyente (2019). Ley Constituyente del Plan de la Patria, Proyecto
Nacional Simón Bolívar, Tercer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social
de la Nación 2019-2025. Caracas: Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela Nº 6.442 Extraordinario de fecha miércoles 03 de abril de 2019.
Brus, W. (1969). El
funcionamiento de la economía socialista. Barcelona-España: OIKOS-TAU, S.A.
Ediciones.
Chávez, H. (2011). Construcción
del socialismo requiere planificación. Maracay: Discurso pronunciado el 30
de octubre de 2011 durante la evaluación del proceso de conformación de las
bases de patrulla del PSUV. Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=8hpls9a6Zq8
Chávez, H. (2012). Propuesta
del candidato de la patria Comandante Hugo Chávez para la Gestión Bolivariana
Socialista 2013-2019. Caracas: Comando de Campaña Carabobo
Fermín, K. (s.f.). Planificación
de sitio - planificación para militante. Caracas: Fundación Escuela
Venezolana de Planificación.
Lopera, M. (2014). Aspectos históricos y
epistemológicos de la planificación para el desarrollo. Bogotá: Revista
Gerencia y Políticas de Salud Nº 13 (26): 28-43, enero-junio de 2014.
Maduro
N. (2022). Conoce las 6 líneas estratégicas de acción que anunció el
presidente Maduro. Caracas: Ministerio del Poder Popular de Comercio
Nacional, disponible en: http://mincomercionacional.gob.ve/?p=10237
Maduro N. (s.f.). 3R. NETS.
6 Líneas estratégicas de acción y un método de solución revolucionario de
problemas. Caracas: Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
Menéndez, R. (2022). Agenda
concreta de Acción. Carcas: Prensa del Ministerio del Poder Popular para la
Planificación (MPPP), , 23 de junio de 2022.
Prensa Presidencial (2022). En Claves: Los cuatro instrumentos de la etapa de las 3R.
Nets. Caracas: Portal del Partido Socialista
Unido de Venezuela, 18-03-2022, disponible en: http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/claves-cuatro-instrumentos-etapa-3r-nets/
Silva L. (1982). Teoría y práctica
del pensamiento socialista. Caracas: Monte Ávila Editores.
Silva, R. (2009). La planificación en Venezuela. San
Felipe: Núcleo de Investigación Educativa "Orángel Loyo Colmenares"
de la UPEL – IMPM, Núcleo Yaracuy
Varsavsky, O. (1971). Proyectos
nacionales: planteo y estudios de viabilidad. Buenos Aires: EDICIONES
PERIFERIA S.R.L
Comentarios
Publicar un comentario