LA PLANIFICACIÓN REVOLUCIONARIA Y LA AGENDA CONCRETA DE ACCIÓN

 

Diplomado:

Planificación en el Estado Revolucionario

Participantes:

Ing. Dayana Blanco Cotúa;  MSc. Luis Fedemarx Gamboa;  Dra. Neila Vargas Froilán

 Profesor asesor:

Dra. Karla Fermín J.

NOTA:  Bajo la autorización de la coordinación del Diplomado de Planificación en el Estado Revolucionario, se publica este ensayo realizado por estudiantes de la cohorte VI. (Agosto, 2022).  Es un aporte a la reflexión de lo trabajado en el diplomado.

FUNDACIÓN ESCUELA VENEZOLANA DE PLANIFICACIÓN 
ESCUELA DE GOBIERNO 

DIPLOMADO DE PLANIFICACIÓN EN EL ESTADO REVOLUCIONARIO


RESUMEN

    El presente Artículo es una aproximación al método de planificación denominado Agenda Concreta de Acción (ACA), desarrollado en Venezuela bajo el auspicio del Gobierno Nacional, el cual es parte integral de un nuevo método revolucionario de solución de problemas, compuesto de cuatro instrumentos: 1x10 del Buen Gobierno, Gobierno Electrónico, Mapa de Soluciones y, Agenda Concreta de Acción, los cuales se articulan bajo la nueva dinámica del gobierno de Calle, en el contexto de una Nueva Época de Transición al Socialismo, así calificada por el Presidente Nicolás Maduro.  La investigación fue realizada con perspectiva crítica, aplicando la metodología de análisis del discurso con enfoque hermenéutico dialéctico, teniendo como objetivo interpretar el carácter revolucionario del método ACA, con base en los aportes teóricos del Comandante Hugo Chávez y otros referentes.  Entre los resultados destacan la sistematización de 18 rasgos constituyentes de la planificación revolucionaria, de los cuales la ACA es fiel expresión, pero para que este método alcance sus propósitos a escala nacional, se precisa generalizar su conocimiento y aplicación, representando no solo un nuevo arsenal procedimental para la universalización del ejercicio de los Derechos Humanos, sino además un portentoso aporte al pensamiento socialista internacional en materia de métodos de planeación.

Palabras descriptoras: Planificación, Revolución, Socialismo, Agenda Concreta de Acción

 

INTRODUCCIÓN

    Desde el surgimiento del socialismo científico, con Marx y Engels a la cabeza, la planificación de la sociedad en su conjunto se presenta como alternativa coherente ante el anarquismo del mercado, caracterizado por el despilfarro de fuerzas productivas con las que se podría sustentar condiciones de vida digna para toda la población del planeta, en lugar de condenar a millones de seres humanos a la carencia estructural.  Frente a esa realidad, las revoluciones socialistas victoriosas del siglo XX implementaron la planificación como sistema de distribución de recursos naturales, humanos, financieros, técnicos, así como de bienes y servicios destinados al consumo personal y familiar, iniciando con ello una competencia entre mercado y planificación en el contexto de las tensiones entre los sistemas capitalistas y socialistas a escala internacional, tal como lo señala Lopera (2014, p. 30). 

    En medio de dichas tensiones, la eficiencia de la planificación fue evidenciada, dado que con la implementación de planes quinquenales, tanto en la antigua URSS como en China, se logró en solo cincuenta años avances socioculturales, de industrialización, ciencia y tecnología, entre otros, que a los principales países capitalistas llevó siglos alcanzar.  Sin embargo, la dialéctica de la competencia entre sistemas devino en la asimilación de estrategias del respectivo sistema contrario, generando dos versiones de mixtura planificación-mercado, pues mientras el capitalismo desarrolló modalidades de planificación (Planificación Comprehensiva, Planeación Económica, entre otras), el socialismo también adoptó el mecanismo de mercado, a tenor de la célebre consigna: “tanta planificación como sea posible y tanto mercado como sea necesario” (Brus, 1969), volviendo  difusa la línea distintiva entre planificación revolucionaria y planificación conservadora.

    Tal es el caso de Venezuela durante la etapa puntofijista de la Cuarta República (1958-1998), con la implementación de un modelo mixto plan-mercado, que por seis (6) periodos constitucionales tuvo un enfoque normativo dentro de la visión desarrollista por sustitución de importaciones y capitalismo de Estado, y posteriormente, a partir del llamado Séptimo Plan de la Nación (1979), un enfoque estratégico situacional, inicialmente con orientación estatista para luego adquirir un carácter cada vez más neoliberal, que sin embargo “no pasó de ser un ejercicio metodológico pues no contó con el sustento político para su viabilidad” (Silva, 2009, p. 2).

    Ante ello, con el advenimiento de la Revolución Bolivariana, desde 1999 se produjo un favorable contexto sociopolítico en el que la planificación se ha constituido en la estrategia fundamental del cambio estructural vislumbrado en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, a través del diseño y desarrollo de un sistema de planeación, del cual ha derivado la ejecución de una serie de planes de desarrollo económico y social de la nación, según lo dispuesto en los Artículos 187 y 237 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cuales han evolucionado desde un enfoque progresista nacionalista hacia una visión cada vez más revolucionaria y socialista. 

    Es así como, desde el Plan de los cinco equilibrios (2001-2007), con el cual se logró reducir estructuralmente las desigualdades económicas, sociales, políticas, territoriales e internacionales que aquejaban al país, el Presidente Chávez, en ejercicio de sus potestades constitucionales, fue definiendo la orientación revolucionaria de la planificación en Venezuela, luego con el Primer plan socialista de la Nación (2007-2013), basado en siete líneas estratégicas que atendían aspectos estructurantes del desarrollo en lo ético, social, político, económico, territorial, energético e internacional, desembocando en los cinco objetivos históricos del Plan de la Patria (PDLP), puesto en ejecución por el Presidente Nicolás Maduro en los sucesivos periodos constitucionales 2013-2019 y 2019-2025, en curso.


LA PLANIFICACIÓN REVOLUCIONARIA EN VENEZUELA

    En virtud de lo precedente, y en atención al propósito de este artículo, se precisa una caracterización de los pilares de la planificación socialista revolucionaria, apoyada en los aportes del Comandante Hugo Chávez, quien en ese aspecto fundamentaba parte esencial de su visión en Varsavsky (1971).  Es así como, el 11 de enero de 2009, durante el Programa “Aló Presidente” Nº 324, hablando sobre la planificación como proceso para el bienestar del pueblo, Chávez indicaba “la importancia de la planificación articulada entre el Gobierno y el poder popular organizado para trascender a la estructura de gobierno comunal (…) para garantizar el desarrollo económico del país” (AVN, 2017). 

    Posteriormente, el 30 de octubre de 2011 orientaba:

El socialismo requiere planificación, requiere un método científico de planificación y, luego, de activación de los planes, de seguimiento del proceso, de evaluación de resultados (…), de crítica y autocrítica, de revisión permanente, de rectificación y de reimpulso; es un proceso, pues, científico, nada fácil, pero es posible, y aquí nosotros lo tenemos que demostrar (…). Ahora; nuestro socialismo, con nuestras características, que tiene que ir a lo práctico con una teoría apropiada a nuestras realidades. (Chávez, 2011)

    Del mismo modo, en su propuesta como candidato de la patria para la gestión socialista 2013-2019, el Comandante Chávez (2012, p. 6) argumentaba un conjunto de elementos que citamos en extenso, dada su capital importancia a los fines de la caracterización propuesta:

Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten (...), capaz de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos (...) y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política.

    Por su parte, Fermín (s.f.), sintetizando a Chávez y Varsavsky destaca una serie de  características de la planificación socialista, entre las que resaltan su condición de “herramienta fundamental para la transición real del modelo capitalista rentista petrolero al socialismo incluyente, solidario, productor y productivo” (p. 3), la cual debe estar contextualizada en el Plan de la Patria (p. 4), con énfasis en el apoyo a lo local (p. 6) y en la preeminencia de los valores de uso (necesidades sociales) por encima de los valores de cambio (p. 9), con las comunidades como sujeto de la acción (p. 15)  previsiva más que improvisada, por mencionar solo las cualidades que distinguen la planificación socialista de otras modalidades de planificación.

    En suma, toda planificación que se pretenda socialista revolucionaria, a la luz de la apretada síntesis teórica precedente, además de cumplir con los criterios técnico-operativos de la planificación en general, debe tener los siguientes rasgos constituyentes:

1.      Está orientada al bienestar del pueblo

2.      Articula al Gobierno y el poder popular

3.      Apuntala la estructura de gobierno comunal

4.      Se basa en métodos científicos

5.      Desarrolla la crítica y autocrítica

6.      Se fundamenta en una teoría apropiada a nuestras realidades

7.      Desarticula las tramas de opresión, explotación y dominación subsistentes

8.      Configura una nueva socialidad

9.      Pulveriza la forma de Estado heredada

10.  Impulsa la invención de nuevas formas de gestión política

11.  Despliega la transición real del modelo capitalista rentista petrolero al socialismo productivo

12.  Es incluyente

13.  Impulsa la solidaridad social

14.  Deriva y se contextualiza en el Plan de la Patria

15.  Enfatiza en el apoyo a lo local

16.  Otorga preeminencia a los valores de uso (necesidades humanas) sobre los valores de cambio

17.  Posiciona a las comunidades como sujeto de la acción

18.  Refuta la improvisación con previsión


    Es importante agregar que, aunque la ausencia de alguno de estos rasgos constituyentes compromete la cualidad socialista de la planificación no obstante las buenas intenciones o el compromiso militante que mueva su formulación, la planificación así orientada ha funcionado como instrumento de gobierno al servicio de los sectores populares, que apunta a los problemas concretos que vive el país, en busca de soluciones vinculadas a los objetivos de largo alcance trazados en el PDLP, los cuales, al decir del Comandante Chávez, son históricos “porque vienen de lejos, se ubican en la perspectiva del tiempo pasado y por venir, trascienden el tiempo del ayer y de hoy, rumbo al tiempo del mañana. Son los grandes objetivos permanentes”.

    Ahora bien, los señalados problemas que vive el país son parte de las tramas de opresión, explotación y dominación subsistentes, las cuales son padecidas de manera concreta principalmente en las comunidades populares, en las que se condensan los huesos duros de roer de la pobreza estructural inherente al capitalismo, vestigios del modelo de sociedad desigual que pretendemos dejar en el pasado, de forma tal que para catalizar el surgimiento de la nueva sociedad, se demanda una planificación revolucionaria orientada a superar esos vestigios, siendo ese precisamente el sentido que debemos otorgar al concepto de transición al socialismo.


AGENDA CONCRETA DE ACCIÓN: UN MÉTODO DE PLANIFICACIÓN REVOLUCIONARIA

    Como instrumento teórico-práctico para abordar la transformación integral de la sociedad venezolana, la planificación ha permitido proyectar, organizar y concretar las aspiraciones de nuestro pueblo, pero las estrategias, instrumentos, enfoques y técnicas promovidas por algunas de las escuelas más progresistas en materia de planificación estratégica han mostrado limitaciones para erradicar definitivamente los reductos de desigualdad aún apreciables, lo que evidencia  la necesidad de crear una nueva doctrina de la planificación en Venezuela, que sin obviar su carácter esencialmente político-estratégico a los fines de conducir dialécticamente una revolución en marcha, ponga el acento en las manifestaciones concretas, específicas y focalizadas de las desigualdades referidas.

    Una premisa de este cambio de paradigma es que el alcance de objetivos tácticos conduce al logro de los objetivos estratégicos, según el principio de la transformación de la cantidad en calidad, es decir, que la acumulación de cambios concretos conduce a cambios cualitativos en la realidad social.  En ese sentido, con base en lo dispuesto en el Artículo 6 de la Ley Constituyente del Plan de la Patria (ANC, 2019), la Revolución Bolivariana ha venido desarrollando el método de planificación revolucionaria denominado Agenda Concreta de Acción (ACA), con el cual no solo se dota a la nación de un nuevo arsenal procedimental para lograr la universalización del ejercicio de los Derechos Humanos consagrados constitucionalmente, sino que además se brinda un portentoso aporte al pensamiento socialista internacional en materia de métodos de planeación.

    La ACA debe ser entendida como un componente esencial de la planificación a escala social para lograr los objetivos históricos del PDLP de manera territorializada, teniendo a la comunidad y sus organizaciones de base como centro de la acción y toma de decisiones colectivas, en el contexto de la Nueva Época de Transición al Socialismo, con la premisa de las nuevas tres (3) R (Resistencia, Renacimiento y Revolución) como guías fundamentales de la actuación transformadora, mediante la instrumentación de seis (6) líneas estratégicas de acción en materia económica, social, de servicios públicos, político-organizativa democrática, de defensa nacional dentro de la geopolítica internacional, así como de justicia y paz ciudadana (Maduro, 2022), todo ello dentro de un método revolucionario unificado de solución de problema, compuesto de cuatro (4) instrumentos esenciales, a saber, el 1x10 del Buen Gobierno, el Gobierno Electrónico con énfasis en el Sistema Patria, el Mapa de Soluciones y la Agenda Concreta de Acción (Prensa Presidencial, 2022).

    Conceptualmente, la ACA es definida por Menéndez (2022) como una agenda de lucha, que no es más que la Planificación-Acción a corto plazo, donde se priorizan colectivamente los problemas más sentidos y las acciones inmediatas a través del mapa de soluciones.  Por su parte, el Presidente Nicolás Maduro (s.f.) la concibe como “un plan de lucha concreto para incidir en la realidad en el corto y mediano plazo”, mediante una agenda de trabajo con saldos políticos organizativos positivos.

    Debe ser, en definitiva, una forma de materialización del principio constitucional de ejercicio directo de la soberanía del pueblo para la solución de las más sentidas necesidades de las comunidades, organizada en y por la asamblea democrática participativa como principal espacio de trabajo del poder popular, con un método efectivo de gestión revolucionaria, articulado en cuatro (4) fases, en función de los productos concretos que se deben generar en cada una de dichas fases.

    La primera apunta a la clarificación del Mapa de Actores, bajo el principio estratégico de inclusión, organización y despliegue de todos y todas, contando para ello con los equipos del Poder Popular y del Gobierno Bolivariano en todas las escalas territoriales, específicamente Consejos Comunales, Comunas, Movimiento Somos Venezuela, organizaciones socioproductivas, Bases de Misiones, Sistema Nacional del Misiones y Grandes Misiones, Consejos Presidenciales del Poder Popular, Consejo Federal de Gobierno, Vicepresidencias Sectoriales, Ministerios, Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor, Corporaciones Regionales, Gobernaciones y Alcaldías, bajo la nueva dinámica del gobierno de Calle.  Las acciones concretas de esta fase son la convocatoria, conformación de mesas de planificación, elaboración de un programa-cronograma de trabajo para la elaboración de la ACA y la caracterización política organizativa del corredor o punto y círculo de que se trate. 

    La fase 2 se orienta a la sistematización del Mapa de Necesidades, mediante dos técnicas o instrumentos fundamentales, como son la cartografía social y la historia local, los cuales permitirán, por una lado, identificar tanto restricciones como potencialidades, inventariando el equipamiento urbano disponible para el asiento de la política revolucionaria a través de Misiones, Grandes Misiones y programas del gobierno bolivariano en las distintas escalas territoriales; y por otro lado, construir una identidad local dentro de la forja de una identidad nacional descolonizadora y liberadora.

    La combinación de estos dos insumos de trabajo, la cartografía social y la reconstrucción de la historia local, facilitará la precisión de los Nudos críticos o restricciones, que no son más que las necesidades fundamentales de la comunidad, identificando actores y responsables involucrados, relaciones causa-consecuencia con sus respectivas localizaciones, así como las potencialidades existentes en la comunidad para atacar cada problema específico, definiendo con precisión los recursos, materiales, humanos, de experiencia y organización con los que se cuenta para atender el problema, la manera como debe emplearse estos recursos y los nudos que debemos destrabar para que estas potencialidades puedan ser aprovechadas, haciendo uso para ello de la matriz de nudos críticos y planificación estratégica, especialmente diseñada por el Gobierno Revolucionario para tales fines.

    En la tercera fase se produce el Mapa de Soluciones, como aterrizaje en cada comunidad del Plan de la Patria a través de un instrumento de gobierno de lo concreto denominado Plan de la Patria Comunitario, en el que se desarrolla la visión global de la situación actual y la ruta de construcción del futuro, definiendo líneas de acción derivadas de los objetivos específicos del Plan de la Patria, los cuales se trasladan al mapa de soluciones como líneas estratégicas, en función de las cuales se delinean objetivos estratégicos a escala comunitaria, proyectos, metas y acciones, haciendo uso de otro instrumento técnico científicamente diseñado, como lo es la matriz de mapa de soluciones.

    Luego, partiendo del mapa de soluciones se avanza a un nuevo nivel de especificidad, aplicando la priorización colectiva de soluciones e inversiones, que consiste en seleccionar por escogencia estratégica entre el conjunto de necesidades y soluciones previstas, aquellas que expresan los problemas más sentidos por la comunidad, en función de lo cual se deciden colectivamente las acciones inmediatas, construyendo la agenda de trabajo en el corto plazo; esto es la Agenda Concreta de Acción o Mapa de futuro inmediato, que contempla: a) Necesidades a atender; b) soluciones a implementar, especificando localización, actores involucrados, recursos, organización popular y del Estado disponibles, y los responsables de cada acción; y c) Indicadores, con sus metas y seguimiento.

    La cuarta fase es la constitución de los Comités de Soluciones, que son unidades de gestión integral guiadas por el principio del Gobierno Obedencial para la gestión corresponsable y revolucionaria, pues no solo se trata de contar con órganos encargados de la ejecución y seguimiento de la agenda decidida colectivamente, sino de un método novedoso de gobierno que además expresa el desafío de transformar el Estado burgués en un Estado Socialista.  Su carácter integral deviene, por un lado, de la capacidad para integrar los distintos niveles territoriales de gobierno (nacional, estadal, municipal, comunal y comunitario), y por otro, de su potencial para contribuir a superar la visión fragmentaria de los ministerios, a fin de que estos no se asuman como compartimientos estancos y se concentran en la resolución integral de problemas en esta nueva era del gobierno de calle.

    Es importante destacar que el análisis de los Mapas de Soluciones y las Agendas Concretas de Acción comunitarias permite integrar las distintas instancias de agregación comunal para producir el Plan de la Patria Comunal, así como las escalas territoriales para la construcción del Mapa de Soluciones y ACÁ que debe regir la acción de gobierno junto al pueblo, en las escalas municipal, estatal y nacional, entendido esto como la comunalización del PDLP.


REFLEXIONES CONCLUSIVAS

    Al caracterizar el proceso que comporta la implementación del método analizado, concluimos que la ACA es, sin duda, un método de planificación acción que cumple los 18 rasgos constituyentes de la planificación revolucionaria definidos en este artículo, puesto que está orientado al  bienestar del pueblo, articula al Gobierno y el poder popular, apuntala la estructura de gobierno comunal, se basa en métodos científicos, desarrolla la crítica y autocrítica, se fundamenta en una teoría apropiada a nuestras realidades, desarticula las tramas de opresión, explotación y dominación subsistentes, configura una nueva socialidad, pulveriza la forma de Estado heredada, impulsa la invención de nuevas formas de gestión política, despliega la transición real del modelo capitalista rentista petrolero al socialismo productivo, es incluyente, impulsa la solidaridad social, deriva y se contextualiza en el Plan de la Patria, enfatiza en el apoyo a lo local, otorga preeminencia a los valores de uso (necesidades humanas) sobre los valores de cambio, posiciona a las comunidades como sujeto de la acción y refuta la improvisación con previsión. 

    Pero para que este método alcance sus propósitos a escala nacional, se precisa generalizar su conocimiento y aplicación, mediante el direccionamiento de procesos de difusión, facilitación, formación, capacitación y acompañamiento, a fin de promover y garantizar la formulación de las más de 50.000 ACA que ameritan nuestras comunidades y comunas en todo el país, puesto que, como se ha señalado, la aspiración de consolidar el socialismo impone la necesidad de planificar, siendo esta una potestad inclusiva que atañe a toda la ciudadanía, especialmente a los revolucionarios y las revolucionarias, lo que nos permite evocar a  Ludovico Silva (1982, p. 9) al señalar que “Un revolucionario no puede sentarse a esperar que la historia le brinde las condiciones revolucionarias; es preciso que el contribuya a crear esas condiciones revolucionarias.”


REFERENCIAS

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Brus, W. (1969). El funcionamiento de la economía socialista. Barcelona-España:    OIKOS-TAU, S.A. Ediciones.

Chávez, H. (2011). Construcción del socialismo requiere planificación. Maracay:      Discurso pronunciado el 30 de octubre de 2011 durante la evaluación del                proceso de conformación de las bases de patrulla del PSUV. Disponible:                https://www.youtube.com/watch?v=8hpls9a6Zq8

Chávez, H. (2012). Propuesta del candidato de la patria Comandante Hugo Chávez para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. Caracas: Comando de Campaña Carabobo

Fermín, K. (s.f.). Planificación de sitio - planificación para militante. Caracas: Fundación Escuela Venezolana de Planificación.

Lopera, M.  (2014). Aspectos históricos y epistemológicos de la planificación para el desarrollo. Bogotá: Revista Gerencia y Políticas de Salud Nº 13 (26): 28-43, enero-junio de 2014.

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Menéndez, R. (2022). Agenda concreta de Acción. Carcas: Prensa del Ministerio del Poder Popular para la Planificación (MPPP), , 23 de junio de 2022.

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Silva L. (1982). Teoría y práctica del pensamiento socialista. Caracas: Monte Ávila Editores.

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Varsavsky, O. (1971). Proyectos nacionales: planteo y estudios de viabilidad. Buenos Aires: EDICIONES PERIFERIA S.R.L



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