Quiénes nos enseñaron qué comer (y cómo planificarlo). Javier Nouel


Dr. Javier Nouel
Fundación Escuela Venezolana de Planificación
Coordinación de Proyectos de Investigación
Correo-e: javiernouelcuc@gmail.com

Resumen. En el artículo se asegura que algunos parámetros de Venezuela y la región con los que se planifican las políticas agroalimentarias han sido construidos bajo una gran influencia da parte de las grandes transnacionales. Los parámetros se han diseñado históricamente por “sujetos ocultos” que los determinan según sus intereses políticos y económicos, constituyendo hegemonías culturales que dominan toda la sociedad. Esta imposición se justifica detrás del enfoque tecnocrático que se presenta como objetivo, naturalizando los intereses de las corporaciones transnacionales. En tal sentido, se proponen algunas acciones para superar las condiciones estructurales de dominio en los sistemas agroalimentarios.

En el año 1.949 el gobierno venezolano fundó el Instituto Nacional de Nutrición (INN), cuyo principal impulsor fue el Dr. José María Bengoa. En las fotografías de los anuarios de dicho instituto aparece junto a Bengoa, David Rockefeller. El clan Rockefeller fue el dueño y fundador de la Standar Oil Company que a finales del siglo XIX se convirtió en un verdadero monopolio en Estados Unidos, manejando el 90% del refinamiento del petróleo del país, teniendo un importante papel en la conquista del mercado petrolero en el hemisferio y en Venezuela.
En el año 1.948 David Rockefeller fundó los Supermercados CADA a través de la Economic Basic Corporation, con la cual asesoraba y financiaba la fundación de industrias relacionadas a los sistemas agroalimentarios. Desde entonces, el modelo del supermercado estadounidense se instauró en Venezuela, con todas sus estrategias de mercadeo, moldeando los gustos del venezolano, inundando al mercado de alimentos procesados y ultra procesados, casi desconocidos por la población antes de estos eventos.
El sistema agroalimentario venezolano comenzó a desarrollarse de la mano de inmigrantes portugueses y españoles que ingresaron al país en el marco de las políticas de inmigración del gobierno de Betancourt, asesorado por el ingeniero agrónomo Eduardo Mendoza Goiticoa. Detrás de las políticas de inmigración subyacía la idea de que al traer europeos, considerados genéticamente superiores, por lo tanto “más trabajadores y educados”, el país se desarrollaría con más fortaleza. Por este motivo, a estas políticas le han denominado de “blanqueamiento” (Briceño, 1996:52) [1].
Eduardo Mendoza Goiticoa estudió ingeniería agrónoma en Argentina, en donde convivió con colonos europeos, lo que le dejó, según sus propias palabras, un gran impacto[2]. Junto a su hermano mayor Eugenio Mendoza, fundó en 1942 la empresa Protinal, que pronto se convirtió en la mayor productora de alimentos procesados para la cría de animales. Eduardo también fue Ministro de Agricultura y Cría (1945-1947).  
Eugenio Mendoza fue un importante empresario venezolano que  monopolizó la industria e importación de materiales de construcción de la recién nacida Venezuela petrolera. Fue Ministro de Fomento durante el gobierno de Medina Angarita (1941-1945) y fundador del Grupo Mendoza, una de las principales corporaciones latinoamericanas vinculada a diversas áreas como materiales y maquinarias de construcción, banca, ensamblaje de vehículos, pinturas, papel, alimentos para animales y humanos, entre otras actividades.
Lorenzo Mendoza Fleury, funda en 1941 Cervecerías Polar. En 1960 comienza a producir harina de maíz, modificando rápidamente la forma de preparación de la arepa[3].El Grupo Polar es hoy el oligopolio más importante en la distribución de alimentos del país; maneja la transformación y distribución de alimentos procesados y ultra procesados como aceites comestibles (marca Mazeite), margarinas (marca Mavesa), así como de jabones y detergentes (Jabón Las Llaves); ha adquirido importantes empresas como Helados EFE, PEPSI CO, Frito-Lay, Golden Cup, Quaker y Gatorade; ha firmado acuerdos con empresas extranjeras para la producción de yogures (Migurt), entre otros[4].
En el año 1986 se establece la Canasta Alimentaria Normativa (CAN) en Venezuela[5], mismo año en que se realizó la Ronda de Uruguay[6], en donde el Secretario de Agricultura de EUA, John Block, puso a disposición las empresas estadounidenses para garantizar la seguridad alimentaria de los países en “vías de desarrollo”[7].
La familia Mendoza ha sido históricamente aliada estratégica y amiga cercana de la familia Rockefeller en Venezuela. El político republicano Nelson Rockefeller[8], miembro del conocido clan, fue designado por el Presidente Franklin Delano Roosevelt, como coordinador de laOffice of the Coordinator of Inter-Americam Affairs en la década de los cuarenta, vinculadas al área de inteligencia, cuyo objetivo era contrarrestar la influencia de potencias “no aliadas” en América Latina, teniendo un importante impacto en el desarrollo de los medios de comunicación y propaganda de la región.
Es así que mientras Nelson se encargaba de asuntos políticos y de inteligencia, David se encargaba de lo económico. David, pues, miembro del clan Rockefeller, que aparece en las fotografías de la fundación del INN, fue uno de los principales impulsores, ideólogos y financistas del sistema agroalimentario venezolano, en particular en el período de la post guerra. El Dr. Luis Britto García asegura que el conocido pacto de Punto Fijo, en donde negociaron los principales sectores políticos del país que derrocaron al viejo aliado de los intereses norteamericanos, pero ya inservible, Pérez Jiménez, fue inicialmente discutido en Nueva York en el apartamento de David Rockefeller (Correo del Orinoco, 2013). Con este pacto nació la conocida Cuarta República, sistema bipartidista calcado al modelo estadounidense.
Por su parte, el clan Mendoza es heredero directo del primer blanco criollo en ser presidente de Venezuela. Se trata de Cristóbal Mendoza, descendiente de españoles. Cristóbal fue parte del movimiento de independencia criolla, en la que los blancos nacidos en el continente americano, deseaban los privilegios que sólo tenían los nacidos en Europa; por lo tanto, sus intereses de clase y raza, distaban mucho a la igualdad social e independencia que hoy entendemos.

El para qué esta historia
En esta historia hay una delgada línea que conecta la colonia y el período de la post guerra en el siglo XX; dos momentos históricos que nos permiten dilucidar la constitución de la hegemonía cultural, la presencia del sujeto oculto detrás de la generación del conocimiento y las políticas públicas del estado venezolano, con su reflejo en lo agroalimentario; en pocas palabras, nos permite ver quienes nos dijeron qué comer, y cómo planificarlo.

Cuestión de sentido común
La instauración del sentido común que constituye la base de la hegemonía cultural[9] de los intereses del gran capital, está ampliamente expandida, y los aspectos técnicos, legales y formativos de lo agroalimentario, no escapan de esta realidad. Tomamos el concepto gramsciano de sentido común para entender este fenómeno en el marco de las teorías de la reproducción social y cultural[10]; por lo tanto, nos referimos a la visión de mundo de un grupo social, que determina las formas de pensar, investigar, normar, actuar, planificar, sentir y desear, configurado históricamente en gran medida por élites que controlan el poder económico, político y cultural, en lo que los estudios culturales y poscoloniales han denominado colonialidad del saber[11]. Es por esta “inmersión total” que lo que se considera lo “lógico”, lo “bueno”, lo “deseable”, lo “normal”, lo “legal”,  inclusive lo “científico” y lo “objetivo”, es visto como algo “natural”. 
Partimos de la idea de que el sentido común, que también influye en el discurso tecno-científico, y por lo tanto, en la planificación de políticas públicas y en los deseos de la población, está construido de forma histórica y cultural; es decir, no es natural, ni homogéneo, ni inamovible, ni absolutamente objetivo; por el contrario, se mantiene en constante transformación y depende del marco  hegemónico del momento (paradigma), lo cual está estrechamente relacionado a quienes controlan los medios de producción (el poder económico).

El sujeto oculto: base de la hegemonía de la ilustración al período de la postguerra
Las características epistémicas que permiten la naturalización de la hegemonía están basadas en la invisibilización del lugar de enunciación desde la pretendida objetividad de modelo positivista[12], donde su ciencia se constituye, pues, en un discurso dominante y forma única de conocimiento, en el que el sujeto investigador se supone no parte de un enfoque particular, sino que, por el contrario, surge del pensamiento único, desde el discurso “ingenuo” de una ciencia todopoderosa, omnipresente e inequívoca, en un mundo inamovible y rígido. Así, “ser objetivo” siguiendo el método adecuado, el empírico-analítico, genera una especie de “endiosamiento” [13], en tanto sólo desde ese enfoque, basado en la medición cuantitativa de la realidad, la descontextualización de la reflexión filosófica y de las condiciones históricas, desde el reduccionismo metodológico, el sujeto investigador es capaz de ver el mundo “tal cual y como es”. Sin embargo, detrás del discurso racionalista de la ilustración, se encuentra un hombre blanco, colonialista, antropocéntrico, eurocéntrico y dominador que está oculto y que impone su pensamiento (Castro-Gómez, 2008: 24). 
Al mutar históricamente la cultura y las relaciones de poder simbólico, político y económico de Europa a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial,  en un nuevo contexto cultural y económico, hijo del capitalismo y la modernidad eurocéntrica, surgen nuevos actores sociales que se constituyen en el sujeto oculto del discurso tecno-científico: las empresas transnacionales.
Es así que en este artículo utilizamos a Cristóbal Mendoza como la metáfora del sujeto oculto del modelo ilustrador con que se fundaron las Repúblicas, sus estados y universidades, bajo una lógica eurocéntrica, “ilustradora” y civilizadora, con intereses particulares de clase y de raza; y, luego, en el siglo XX, utilizamos alegóricamente a los descendientes de los Mendoza, direccionado por los Rockefeller, organizados como corporaciones transnacionales, quienes se constituyen en el sujeto oculto de las disciplinas tecno-científicas y las políticas públicas en el mundo que constituye la ideología neoliberal[14], donde los parámetros que se mantienen con pocas modificaciones en términos epistémicos hasta el presente, dominan el quehacer tecno-científico institucional, reproduciendo la hegemonía cultural, más allá de los objetivos expresos de los planes políticos de los gobiernos de la región.
El piso epistémico común en estos fenómenos agroalimentarios e ideológicos en correspondencia con el neoliberalismo, es el enfoque empírico-analítico que, según Martínez (s/f), es un “conocimiento instrumental que ha sido explotado política y lucrativamente en aplicaciones tecnológicas”. Este enfoque es cuantitativistaa-crítico y a-histórico, basado en abstracciones, y niega la existencia de sus propios principios metafísicos y epistémicos, ya que los naturaliza como únicos posibles[15].

Su espejo en el Estado moderno y la cultura nutricional
El sistema de regulación y legislación venezolana, aunque con grandes avances en términos de protección y reconocimiento no sólo en el acceso (seguridad alimentaria) sino la soberanía[16], reproduce la lógica de las grandes transnacionales en algunas aristas esenciales.
Esta dominación surge de la enorme influencia de las grandes trasnacionales, a través de diversos procesos como:
-financiamiento y asesoramiento  en la conformación y actualización de organizaciones internacionales, instituciones académicas, científicas, e inclusive de instituciones públicas. Algunas que podemos nombrar en este renglón son la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS) (Ziegler: 2012), el International Life Sciences Institute, el INN, universidades públicas y privadas, etc.;
-influencia en la constitución de normativas como el Codex Alimentario, la Canasta Básica Alimentaria, las llamadas normas COVENIN[17], entre otros;
-influencia en los hábitos y patrones de consumo de la población a través de la educación, el mercadeo, la publicidad y la propaganda, y el monopolio de los sistemas agroalimentarios, que determinan el acceso de determinados productos.
Aunque esta influencia no es homogénea ni absoluta, es bastante determinante.
Es así que la Canasta Básica Alimentaria incorpora alimentos ultra procesados, altamente dañinos para la salud, vinculadas a las principales causas de muerte en el país y el mundo, las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, así como a la epidemia de obesidad y sobrepeso[18]. Esta normativa a su vez sirve de base para planificar las políticas agroalimentarias del gobierno e incorporan y dan prioridad precisamente a los alimentos procesados y ultraprocesados. La raíz de tales parámetros está vinculada a un sistema agroalimentario dominado históricamente por pocos oligopolios que a su vez constituyen un conglomerado alineado actualmente a la ideología neoliberal, y que han construido parámetros desde el control de organismos internacionales, instituciones de investigación y universidades, entes gubernamentales de financiamiento y asesoramiento técnico, editoriales especializadas, entre otros.

Recomendaciones
A partir de la comprensión de esta propuesta, y con el objeto de aprovechar la coyuntura para dar un “salto adelante” y profundizar en aspectos estructurales de liberación de la hegemonía, se sugiere:
En lo epistémico:
-Impulsar investigaciones desde un enfoque pluriparadigmático, cruzando inicialmente los enfoques epistémicos empírico-analítico, histórico hermenéutico y socio crítico, partiendo del diálogo de saberes, incorporando los saberes populares.
En lo político-técnico
-Evaluar y redefinir los parámetros para la construcción y planificación de la política pública, relacionadas a la Canasta Básica Alimentaria, las normas COVENIN, cuestionando los posibles conflictos de interese que se constituyen en la relación con diversos actores públicos y sobre todo con los transnacionales.
-Cruzar los parámetros nutricionales provenientes de organizaciones internacionales como la FAO, la OMS, entre otros, basados en aspectos fisiológicos nutricionales reduccionistas (consumo de kilocalorías)[19] con la nueva clasificación alimentaria avalada por la FAO y la OMS conocida como sistema NOVA que cataloga los alimentos en función de su procesamiento, recomendando el consumo de alimentos no procesados o poco procesados (Organización Panamericana de la Salud: 2015: 1).
En lo económico
-Hacer énfasis en la construcción de sistemas agroalimentarios no centralizados, independientes de las empresas transnacionales y del Estado, anidados en el Poder Popular.
-Impulsar la producción, transformación y distribución de alimentos no procesados y poco procesados para ir sustituyendo progresivamente el consumo excesivo de alimentos ultra procesados que está en correspondencia con los sistemas agroalimentarios dominados por oligopolios, la guerra alimentaria y la epidemia de ECNT.
En lo educativo
-Profundizar en el impulso de una nueva cultura alimentaria basada en alimentos no procesados y mínimamente procesados, a través de la educación popular, la publicidad y el mercadeo.
-Profundizar en los nuevos programas nacionales de formación con un profundo eje socio crítico cada vez más fortalecido, a la vez que con manejo técnico, logrando formar profesionales capaces de actuar e investigar desde enfoques pluriparadigmáticos[20].

Referencias
Bórquez, Rodolfo (2006). Pedagogía crítica. México D.F: Editorial Trillas.

Briceño Guerrero, José Manuel. El Laberinto de los Tres Minotauros

Cappelletti, Ángel (1994). Positivismo y evolucionismo en Venezuela. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana.

Capra, Fritjof (1998). La trama de la vida. Barcelona: Editorial Anagrama.

Castro Gómez, Santiago (2008). La hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-1816). Caracas: Fundación Editorial El Perro la Rana.

Holt-Giménez, Eric; Patel, Raj (2010). Rebeliones alimentarias. Crisis y hambre de justicia. España: El Viejo Topo.

Lander, Edgardo. (2000). Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos en Lander, Edgardo (Editor) (2000). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Buenos Aires: Clacso.

Martínez, Miguel (2013). Nuevos Paradigmas en la Investigación. Caracas: Editorial Alfa.

Morin, Edgar (2007). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Editorial Gedisa.

Morrow, Raymond y Torres, Carlos (2002). Las teorías de la reproducción social y cultural. Madrid: Editorial Popular.

Ziegler, Jean (2012). Destrucción masiva. Geopolítica del hambre. Barcelona: Editorial Peínsula.

Referencias electrónicas
Correo del Orinoco (2013). El Betancourt que asumió la Presidencia en 1959 seguía la línea del Pentágono y las transnacionales. Disponible en: http://www.correodelorinoco.gob.ve/tema-dia/betancourt-que-asumio-presidencia-1959-seguia-linea-pentagono-y-transnacionales/ [Consultado: 2016, noviembre 07]

Instituto Nacional de Estadística (s/f). Ficha Técnica de la Canasta Alimentaria Normativa (CAN). Disponible en: http://www.ine.gov.ve/index.php?option=com_content&id=346&Itemid=32&view=article%20%20%20 [Consultado: 2016, noviembre 07]

Instituto Nacional de Nutrición (2011). Sobrepeso y obesidad en Venezuela (prevalencia y factores condicionantes). Caracas: Fondo Editorial Gente de Maíz. Disponible en: http://www.inn.gob.ve/pdf/libros/sobrepeso.pdf [Consulta: 2016, junio 14]

Martínez, Miguel (s/f). La Investigación-Acción en el Aula. (texto en línea). Disponible en: prof.usb.ve/miguelm/investaccionaula.html [Consulta: 2016, junio 14]

Organización Panamericana de la Salud (2015). Alimentos y bebidas ultraprocesados en
América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas. Washintong D.C: Organización Panamericana de la Salud. Disponible en: http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000718cnt-2015-11_obesidad_OMS.pdf [Consulta: 2016, junio 14]

Socorro, Milagros (s/f). Eduardo Mendoza Goiticoa: “Estoy seguro que veré un país mejor”. Disponible: http://www.opinionynoticias.com/entrevistas/58-politica/1380-eduardo-mendoza-goiticoa-estoy-seguro-de-vere-un-pais-mejor [Consultado: 2016, noviembre 07]



[1] Holt-Giménez y Patel (2010), aseguran por su parte que “La agricultura era un componente clave para el “desarrollo” – la extensión del modelo económico industrial de los países del Norte a los “países menos desarrollados” del Sur” (47).
[2] Ver entrevista realizada por la periodista Milagros Socorro (s/f).
[3] La arepa es el conocido pan de maíz de la cultura alimentaria venezolana. A partir de la incorporación de harinas ultra procesadas, la mayor parte de la población dejó de prepararla con el tradicional maíz “pelado”, el cual contiene mucho más nutrientes como fibras, complejo de vitamina B, aminoácidos esenciales, entre otros, que se pierden con el proceso industrial de refinamiento.
[4] Lorenzo Mendoza, hijo y heredero del fundador de la POLAR,  ha sido uno de los voceros de sectores de oposición en el país, participando activamente en eventos como el paro patronal petrolero, las mesas de discusión económica, entre otras. Lorenzo es familia indirecta de Leopoldo López Mendoza, fundador del partido Voluntad Popular, quien participó activamente en el golpe de estado de abril del 2002 y en innumerables acciones de calle que tenían como objetivo, según sus propias palabras, “sacar a los que nos están gobernando”. Para abril del año 2019, López lidera el intento de golpe de estado perpetuado junto a Juan Guaidó, su principal seguidor y quien se ha autoproclamado presidente del país.
[5] Según la página Web del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la CAN “es un indicador estadístico que tiene por objeto medir el costo mensual de un conjunto de alimentos que cubren la totalidad de los requerimientos nutricionales, toma en cuenta los hábitos de consumo de la población venezolana, las disponibilidades de la producción nacional y el menor costo posible”. La última modificación de esta normativa se realizó en 1997 y tienen como finalidad “Servir de referencia para la formulación de políticas sociales y económicas de interés nacional”, en particular en lo referente a los social y económico (s/f).
[6] La Ronda de Uruguay es la octava reunión que se realizó en dicho país con el fin de establecer políticas “liberación” de los mercados mundiales.  
[7]  En la década de los 70, Nelson se convirtió en el 41 vicepresidente del país, en el mandato de Gerald Ford.
[8]  John Block expuso textualmente: “la idea de que los países en vías de desarrollo se deben alimentar a sí mismos es un anacronismo. Podrían garantizar su seguridad alimentaria de mejor manera contando con productos agrícolas de EUA, que están disponibles a costos muy bajos” (Holt-Giménez y Patel, 2010: 78).
[9] Sobre la hegemonía cultural, revisar a Bórquez, 2006: 108.
[10] Para profundizar sobre el concepto, revisar a Morrow y Torres, 2002. 
[11] Investigadores como Edgardo Lander, Walter Mignolo, Enrique Dussel, Santiago Castro-Gómez, entre otros, han conformado un enfoque teórico que da pie a las bases de mi propuesta. Revisar a Lander, Edgardo (2000); Castro-Gómez, Santiago (2008); entre otros.

[12] Para profundizar sobre la influencia del positivismo en Venezuela, revisar a Cappelletti (1994).

[13] Castro-Gómez (2008) plantea la metáfora de la hybris para reflexionar sobre este tema: “Esta pretensión, que recuerda la imagen teológica del Deus absconditus (que observa sin ser observado), pero también del panóptico foucaultiano, ejemplifica con claridad la hybris del pensamiento ilustrado. Los griegos decían que la hybris es el peor de los pecados, pues supone la ilusión de poder rebasar los límites propios de la condición mortal y llegar a ser como los dioses” (18).

[14] Revisar a Lander (2000: 12).

[15] No se trata de deslegitimar los estudios estadísticos y las investigaciones y vigencias del modelo positivista, sino por el contrario, ver cuáles son sus limitaciones en términos hermenéuticos y críticos, en la comprensión de los fenómenos agroalimentarios desde lo histórico-cultural y lo epistemológico, lo que nos permite dilucidar nuevos enfoques pluriparadigmáticos y multimetódicos que en vez de excluir la reflexión histórica, crítica y epistemológica, la incluya para la conformación de nuevos patrones de regulación, normativización, planificación, educación, entre otros, que abonen a la verdadera soberanía agroalimentaria y en la constitución de un nuevo “sentido común”. Los enfoques hermenéuticos y socio críticos han influenciado enormemente en la ciencias sociales y las humanidades; sin embargo, su poder de deconstrucción y cuestionamiento no ha alcanzado las disciplinas de carácter técnico instrumental como la nutrición, la medicina, la agronomía, entre otras; en parte, sugiero, por la hegemonía del modelo positivista, configurado históricamente en los centros académicos, basado en la parcelación del conocimiento que constituyen un “feudalismo académico” (Martínez, 2013: 33).

[16] La legislación venezolana ha incorporado el concepto de seguridad y soberanía alimentaria superando la visión hegemónica basada en el acceso dependiente de las grandes trasnacionales. 

[17] Las conocidas normas COVENIN, Comisión Venezolana de Normas Industriales, regulan dichas actividades en el país. La Comisión se constituyó a partir del año 1958 y en 1997 comienza su transición a FONDONORMA (Fondo para la Normalización y Certificación de la Calidad). La participación de los sectores privados ha sido preponderante en su creación y actualización.

[18] Para contextualizar la problemática del sobrepeso y la obesidad y las ECNT en el mundo revisar Organización Panamericana de la Salud (2015) y en Venezuela a INN (2011).

[19] Para profundizar en el cuestionamiento sobre las limitaciones en los parámetros de las organizaciones internacionales referente al monitoreo alimentario, así como la influencia de las grandes trasnacionales, revisar la obra del ex relator de la FAO, Jean Ziegler (2012).

[20] En el 2009 se crea la Misión Alma Mater, desde donde se integran y surgen los programas nacionales de formación, que constituyen estudios universitarios desde el paradigma socio crítico, basados en el diálogo de saberes, el eje de proyecto como base de integración de conocimientos de las diversas disciplinas y áreas, así como de la integración de la academia con la comunidad. Parte de lo acá expuesto, ha surgido de la reflexión colectiva en diversos escenarios como charlas, talleres, conferencias, mesas de trabajo, en la que tienen voz tanto los profesionales de las áreas técnicas, así como de las ciencias sociales y las humanidades, incorporando a su vez, los saberes populares. De esta sinergia novedosa, comienzan a surgir propuestas esclarecedoras, que tienen como fin, mejorar las condiciones de vida del venezolano y la venezolana, en el marco del desarrollo local, con una mirada regional, latinoamericanista y global.

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